Sinopsis oficial
NÚREMBERG nos sitúa de pleno en los juicios celebrados hace 80 años por los Aliados tras la derrota del régimen nazi. El psiquiatra estadounidense Douglas Kelley es designado como responsable de evaluar la salud mental de los prisioneros nazis y determinar si son aptos para ser juzgados por sus crímenes de guerra. De la noche a la mañana, Kelley se verá inmerso en una compleja batalla de ingenio contra Hermann Göring, mano derecha de Hitler y uno de los hombres más temibles que ha visto el mundo.
La crítica -
Por Juana Samanes
Nuremberg nos traslada hasta los juicios celebrados hace 80 años por los Aliados para condenar los crímenes contra la humanidad cometidos por los nazis. Pero, aunque tiene como precedentes la obra maestra de Stanley Kramer, ¿Vencedores o Vencidos?, e, incluso, a la reciente y meritoria miniserie titulada Nuremberg y protagonizada por Alec Baldwin, lo que se narra aquí tiene un enfoque diferente. Ello se debe a que trasladada a la gran pantalla la novela, de 2013, "El nazi y el psiquiatra" del periodista estadounidense Jack El-Hai. El resultado es apasionante. Los Juicios de Núremberg, que empezaron el 21 de noviembre de 1945, jugaron un papel crucial en la definición de los crímenes de guerra y establecieron las bases de la justicia internacional tal y como la conocemos en la actualidad.
Año 1945, tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, un psiquiatra estadounidense llamado Douglas Kelley es elegido para evaluar la salud mental de los prisioneros nazis y determinar si son aptos para ser juzgados por sus crímenes de guerra. Ello tendrá como consecuencia que Kelley se verá inmerso en una compleja batalla de inteligencia contra Hermann Goering mano derecha de Hitler. Su trabajo será decisivo para la tarea encomendada al fiscal jefe, Robert H. Jackson.
Cine histórico para recomendar por su calidad en los diálogos, la recreación de época, la fotografía (con la textura adecuada) y con unas actuaciones magníficas dentro de un reparto coral, en especial la de Russell Crowe, metiéndose en la piel del narcisista Goering, que "se come" literalmente la pantalla. Frente a él, otro ganador de Óscar, Rami Malek, encarnando al "loquero" Kelley. La película recuerda, por su forma de estar narrada, a clásicos del cine como la mencionada de Stanley Kramer, porque aquí no solo se denuncia con imágenes terribles el holocausto, sino que se dilucida por qué se produjo. Lo dice claramente uno de los personajes de la trama cuando habla de sus conciudadanos alemanes, no solo votaron a Hitler sino que consintieron y no hicieron absolutamente nada hacia ese genocidio de compatriotas judíos.
La película resulta además muy actual desde el momento en que los 22 prebostes nazis que eran juzgados en el proceso que se narra en esta película se declararon no culpables y su líder, Goering, se auto disculpaba diciendo que no sabía nada de las matanzas que sucedían a pocos kilómetros de Munich y de tantas ciudades alemanas, austriacas etc…aunque lógicamente él conocía los términos de la denominada Solución final.
El cineasta James Vanderbilt (La verdad) escribe y dirige este drama histórico. Él tiene claro por qué ha hecho esta película, cuando la causa judía no pasa por buen momento por la guerra de Gaza: "Cuando les hablo a mis hijos de la Segunda Guerra Mundial es como si les hablase de la Guerra de Secesión… La única forma de asegurarnos de que esto no vuelva a suceder es no olvidarlo".