Sinopsis oficial
Pablo decide bajarse del tren en la estación de un pueblo de mala muerte, comprarse un viejo y destartalado piso frente a las vías y comenzar a vivir como si no fuera el reconocido arquitecto que en realidad es. Tal vez esté huyendo de alguien, o de algo, o incluso de sí mismo. En el pueblo todo parece estancado menos Raluca, una mujer optimista abierta a las sorpresas que pueden cambiarte la vida para bien. Ella decidió confiar en su suerte, aunque la vida no siempre le presente su mejor cara.Esta es una historia en la que confluyen el mal y la bondad, el miedo y la esperanza, el amor y el más profundo odio.
La crítica -
Por Juana Samanes
El eje de este film es la elección que cada ser humano tiene por optar por el bien y el mal, todo ello dentro de un drama paterno filial con tintes policiacos.
Pablo decide bajarse del tren en la estación de un pueblo de mala muerte y, de alguna forma, desaparecer. Allí se compra un desconchado piso y comienza a vivir sin reconocer que es un importante arquitecto. No se sabe el secreto que esconde, y si huye de algo o de alguien. Pero en el pueblo conoce a la luminosa Raluca, que también tiene su pasado pero ha decidido que las sorpresas que le trae la vida serán para bien.
La siempre solvente directora Gracia Querejeta traslada a la gran pantalla una novela homónima de la periodista y escritora Rosa Montero. En ella se plantea claramente la imperfección de las personas y de la vida misma, pero la importancia de afrontar con valor los hechos que suceden o de arrepentirse de aquello que, en un momento dado, hicimos mal. En ese film se habla de buenas y malas personas, pero también de paternidad cuando muestra su cara más amarga. Sin olvidar la culpa o el remordimiento por aquello que se pudo hacer y no se hizo.
Hugo Silva encarna con verosimilitud a ese hombre huido que, entre otras cosas, se busca a sí mismo. A su lado le secundan bien Megan Montaner y el veterano actor Miguel Rellán, que aporta el humor en este film encarnando a un viejo cascarrabias dependiente que, a pesar de ello, sabe valorar perfectamente a las personas, quizás por inteligencia o solo por veteranía.
Gracia Querejeta adopta un ritmo tranquilo para que el espectador descubra, al mismo tiempo que los curiosos habitantes del pueblo, la razón por la que un famoso profesional se ha escondido entre sus calles. A este respecto la película no hace un mal retrato de la vida rural donde, a pesar de la cercanía de los vecinos, no todo es bucólico desde el momento que hay siempre, en cualquier lugar, seres humanos capaces de complicarlo todo.
De esta forma La buena suerte es una película optimista, agradable y lo que es importante: esperanzadora. Porque, como se indica en la publicidad de la novela: "después de cada derrota puede haber un nuevo comienzo"