La crítica -
Por Juana Samanes
Nueva entrega de una franquicia que comenzó en el año 1987 y que tenía como reclamo un depredador asesino cuyo único fundamento era cazar.
El protagonista ahora es un joven depredador expulsado de su clan por su padre, que le considera inútil por su debilidad, y que se pone como objetivo demostrar a su progenitor que es capaz de enfrentarse y vencer a un adversario letal que habita en Genna, un planeta remoto y totalmente mortal. En ese alejado enclave encontrará una aliada inesperada en Thia, un robot muy evolucionado que ha sido cortado por la cintura. Ambos emprenderán un viaje para cazar a la criatura que todos temen.
Los admiradores de la saga se darán cuenta que esta entrega cambia totalmente el tono, es mucho menos adulta quizás porque ahora los estudios Fox forman parte del conglomerado de empresas que forman Disney-Pixar. A más a más, se desvirtúa la naturaleza asesina de Dek, convirtiéndole en un ser extraño dentro de su clan que busca su camino en el mundo a la par que nuevos aliados.
Dicho esto, este film resulta entretenido y se presta a múltiples notas sobre su forma de estar rodada, que es lo más interesante del largometraje. Filmado en Nueva Zelanda, pero con imágenes tratadas con efectos visuales y especiales, al frente de esta parcela se contó con un renombrado profesional en esta lides: Olivier Dumont (Doctor Strange in the Multiverse of Madness) quien comandó un equipo formado por famosas empresas del ramo, entre éstas se encontraban la famosa W?t? Workshop de Nueva Zelanda, (responsable de los efectos de la saga de El Señor de los Anillos).
Merece la pena prestar atención al trabajo que se hizo para capturar los matices de las emociones y expresiones faciales de Dek, encarnado por el actor Dimitrius Schuster- Koloamatangi, quien filmó todas sus escenas con el traje completo, pero con una capucha abierta que dejaba al descubierto su rostro real. W?t? Digital utilizó la captura facial de Dimitrius en sus efectos visuales. El diseño del planeta Genna está plasmado como un inhóspito lugar donde hay multitud de elementos que pueden provocar la muerte.
La Inteligencia Artificial, tema recurrente en el cine actual, tiene su representación en el personaje que encarna Elle Fanning, un robot sin piernas, que en muchas secuencias fueron borradas digitalmente y, en otras, se recurrió a argucias para no enseñarlas. Mientras que el protagonista, interpretado por Dimitrius Schuster-Koloamatangi, tuvo que aprenderse un lenguaje inventado expresamente para esta película: el Yautja, que es el idioma que hablan los depredadores.
Si este film de acción y ciencia ficción (hay poco terror) da lugar a alguna polémica será por ofrecer la imagen de un Depredador, que siempre había sido el villano de la historia, y que aquí es el héroe. La justificación que ha dado su director Dan Trachtenberg es que era necesario "evolucionar la franquicia de diferentes maneras".